No hay dudas que los antibióticos han ayudado a salvar millones de vidas desde su descubrimiento ¿morir por una infección gastrointestinal? ¿la alta letalidad de la peste negra? Todo eso es cosa del pasado gracias a los benditos antibióticos. 

La edad moderna de los antibióticos comienza con el descubrimiento de la penicilina en 1928 por Alexander Fleming y su equipo. Este mismo grupo de científicos en 1940 descubrió que había un grupo de bacterias que eran capaces de producir una proteína llamada penicilinasa que le confería resistencia a la penicilina. Es decir, por mucho que le diesen el antibiótico penicilina a esas bacterias, ¡no se morían!

Una vez que se introdujo la penicilina como un antibiótico terapéutico para tratar infecciones bacterianas, estas cepas de bacterias resistentes aumentaron, sugiriendo así que el uso de este antibiótico propiciaba la aparición de la resistencia a la penicilina.

Entre los años 1950 y 1970 se descubrieron nuevos tipos de antibióticos, por lo que fue llamada la edad de oro de los antibióticos. En esta etapa las y los científicos eran bastante optimistas con el uso de estos medicamentos, pensando que podían erradicar todas las enfermedades infecciosas. Quizás fueron demasiado optimistas, ¡pero eso les permitió un tremendo avance científico!

Sin embargo, y como te acabamos de mencionar, el uso prolongado de los antibióticos ha favorecido la aparición de bacterias resistentes a ellos. Pero…

¿Cómo se produce esta resistencia?

La resistencia se produce por selección natural a través de mutaciones producidas por azar. El antibiótico, al entrar en contacto con una población bacteriana, permite solo la proliferación de aquellas bacterias que presentan aquella mutación natural que anula la acción del antibiótico (bacterias resistentes). Por otra parte, las bacterias que mueren por la acción del antibiótico son llamadas bacterias sensibles.

Imaginemos que tenemos una infección bacteriana, vamos al médico y nos receta antibióticos por 10 días para tratarla. Los dos primeros días nos sentimos muchísimo mejor ¡la magia de la medicina moderna! Ya al tercer día con los antibióticos no tenemos ninguna molestia asociada a la infección, pero… el médico nos dijo que el tratamiento es ¡por 10 días! ¿estará exagerando?

En la siguiente figura te mostramos lo que pasa con esta infección cuando NO terminamos el tratamiento antibiótico. Si dejas tu tratamiento al tercer día te sentirás mucho mejor, pero si le hicieras un zoom a tu infección verás lo siguiente: el antibiótico ha acabado con la mayoría de las bacterias de la infección, porque ¡la mayoría son sensibles al antibiótico, por lo tanto, mueren! Peeero, ¿qué pasa con las que no murieron? ¿qué pasa con esas bacterias resistentes si abandonamos el tratamiento? ¡Exacto! se comienzan a replicar y creamos un imperio máximo de bacterias resistentes. Ahora… ¿harán efecto tus antibióticos si los vuelves a tomar? por supuesto que no… esas bacterias son resistentes a su acción.

¿Te das cuenta lo importante que es este fenómeno para tu salud?

¿Qué pasa si una bacteria porta varios genes de resistencia?

Esto sí que es un problema mayor. Estas bacterias, llamadas multirresistentes o, informalmente, superbacterias son un tremendo desafío sobretodo a nivel médico, ya que si un organismo presenta una infección con una de estas bacterias es muy complejo medicar un antibiótico que pueda eliminarla. Se le debe dar un pool de antibióticos que ataquen a la bacteria y puedan evitar todos sus mecanismos de resistencia. Y ¿qué pasa si no podemos tratar la infección? Por supuesto que esto empeora las cosas, si no podemos tratar una infección bacteriana esta puede migrar a otros tejidos y generar una infección sistémica, incluso en la sangre, lo que pone en riesgo vital al organismo. ¿Ves lo serio que es este tema?

¿Por qué es importante?

Como vimos, la resistencia a los antimicrobianos ocurre naturalmente con el tiempo, generalmente a través de cambios genéticos. Sin embargo, el mal y excesivo uso de antibióticos están acelerando este proceso. En muchos lugares, los antibióticos se administran sin supervisión profesional (¡incluso los venden en ferias libres sin receta!). Los ejemplos de mal uso incluyen cuando son tomados por personas con infecciones virales como resfríos y gripe, y cuando se administran como promotores del crecimiento en animales o se usan para prevenir enfermedades en animales sanos. Estamos seguros que alguna vez le han dado antibióticos a sus mascotas después de alguna intervención médica para evitar que la herida se infecte. Pero los antibióticos están para TRATAR infecciones NO evitarlas. Por lo tanto, debes evitar que se infecte limpiando la herida y todos los resguardos y, si se llegase a infectar, ahí se administran antibióticos. Ahora ya lo sabes 🙂

Los microbios resistentes a los antimicrobianos se encuentran en personas, animales, alimentos y el medio ambiente (en el agua, el suelo y el aire). Se pueden propagar entre personas y animales, incluso a partir de alimentos de origen animal, y de persona a persona. El control deficiente de la infección, las condiciones sanitarias inadecuadas y la manipulación inadecuada de los alimentos fomentan la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.

La resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad. Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza.

Entonces, ¿qué podemos hacer?

Tomar medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones. Aquí te dejamos algunas:

• Haz todo lo posible por mantenerte sano y mantener sano a los demás.
• Limpia tus manos.
• Cúbrete la nariz y la boca al toser.
• Si estás enfermo o enferma, ¡quédate en tu casa!
• Ponte las vacunas recomendadas.

Otra cosa muuuy importante. Si tu médico te receta un antibiótico como tratamiento cuando estás enfermo por alguna infección bacteriana, sigue las siguientes instrucciones:

• Toma el antibiótico EXACTAMENTE como tu médico lo indique.
• No compartas antibióticos con otras personas.
• No guardes antibióticos para usarlos en el futuro.
• No tomes antibióticos que le hayan recetado a otra persona. Esto podría demorar el mejor tratamiento para tu infección, enfermarte más o provocar efectos secundarios.

Referencias

• Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC). (2020, 16 julio). Preguntas y respuestas sobre la resistencia a los antibióticos | Uso de antibióticos | CDC. https://www.cdc.gov/antibiotic-use/sp/antibiotic-resistance.html#:%7E:text=PDF%20%E2%80%93%202%20pages%5D-,%C2%BFQu%C3%A9%20es%20la%20resistencia%20a%20los%20antibi%C3%B3ticos%3F,se%20eliminan%20y%20contin%C3%BAan%20multiplic%C3%A1ndose.
• Resistencia a los antibióticos. (2020, 31 julio). Organización Mundial de la Salud (OMS). https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/resistencia-a-los-antibi%C3%B3ticos
• MedlinePlus. (2021). Resistencia a los antibióticos. https://medlineplus.gov/spanish/antibioticresistance.html
• Plan Nacional Resistencia a Antibióticos (PRAN). (2022). Sobre la resistencia | PRAN. https://www.resistenciaantibioticos.es/es/sumate-al-pran
• MINSAL. (2017, 6 noviembre). Ministerio de Salud de Chile (MINSAL). https://www.minsal.cl/plan-nacional-contra-la-resistencia-a-los-antimicrobianos/

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